En las tutorías, es frecuente su insistencia en ciertas preguntas sobre los aspectos de comprensión más delicada. Esta sección no quiere sustituir a las tutorías, sino ofrecerles la posibilidad de hacer consultas directas y (tal vez), encontrar la respuesta sin moverse de sus casas. Esta opción puede ser especialmente atractiva en vísperas de exámenes.
Las preguntas se han organizado según el temario. El índice les ayudará a encontrar antes el tema y las preguntas asociadas.
1.- ¿Cuál es la definición más adecuada para Suelo?
No existe una definición universalmente aceptada, ya que son muchos los puntos de vista desde los que se estudia el suelo. En nuestro caso, más que dar una definición que se recite de memoria y luego se olvide, importa saber cuáles son los rasgos que (y esto es importante) distinguen desde el punto de vista edafológico al suelo de aquello que no lo es (sedimentos, roca, etc.). Estos rasgos incluyen, entre otros, los que siguen: el suelo es un sistema natural, formado por componentes de diversa naturaleza, que se origina como resultado de una combinación de factores, que se compone de capas (horizontes), que puede sostener el crecimiento vegetal, etc.
2.- ¿Cómo se forma un horizonte Bw?
El subíndice w procede del inglés weathering, que significa alteración, meteorización. Se origina por disgregación y transformación química de la roca subyacente hasta un punto en que ésta ya no es en absoluto reconocible (salvo por los minerales de la fracción gruesa, arenas y limos, que deben ser comunes a los horizontes inferiores). Por lo tanto, en la formación de un horizonte Bw intervienen fenómenos de alteración, pero no tanto de transporte vertical de materia, tal y como sucede en los horizontes iluviales (Bt, Bh, Btna, Bca, etc.).
3.- ¿Puede ser "suave" una pendiente del 10%?
Cualquier aficionado al ciclismo sabe que una pendiente como la que se cita es pronunciada (sin llegar a abrupta). El término "suave" muchas veces procede del inglés smooth, que en este caso quiere decir "llana, sin irregularidades". Desde este punto de vista, por tanto, no se trata de realidades incompatibles: una pendiente puede ser llana y, a la vez, inclinada.
4.- ¿Por qué un basalto es más alterable que un gabro?
Siendo ambas rocas ígneas, se distinguen en que un basalto es una roca volcánica, mientras que un gabro es su equivalente plutónico. Químicamente, pues, son muy similares (porcentajes comparables de sílice, alúmina, calcio, hierro, magnesio, etc.). Difieren, sin embargo, en los porcentajes de minerales cristalinos (muy superiores en el gabro) y de vidrio volcánico (viceversa). El vidrio volcánico carece de la estructura regular propia de los minerales cristalinos y, por tanto, es termodinámicamente mucho menos estable. En definitiva, ello implica que, a igualdad de condiciones ambientales, un basalto tardará menos tiempo en alterarse completamente que un gabro, mucho más resistente.
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1.- ¿En qué se distingue la arcilla de los minerales de arcilla?
"Arcilla", a secas, es el término para designar a cualquier mineral cuyo diámetro no exceda de las dos micras (0.000002 m). No importa pues cuál ha sido el proceso que lo ha originado (crecimiento cristalino o disgregación progresiva), sólo importa su tamaño. Sin embargo, los minerales de arcilla constituyen una familia bien caracterizada de aluminosilicatos laminares (por lo tanto filosilicatos), cuyo origen puede también ser diverso, pero cuyo tamaño puede exceder las dos micras, si bien es muy frecuente que los minerales de arcilla pertenezcan a la fracción arcilla de un suelo dado.
2.- ¿Qué es una sustitución isomórfica y cómo se origina?
Como su nombre sugiere, una sustitución isomórfica implica que el sitio que normalmente ocupa un catión formador de red cristalina (Si+4, Al+3, Mg+2, etc.) es ocupado por otro catión, asimismo formador de red, y con tamaño similar. Esto ocurre en la propia red, ya sea durante el crecimiento cristalino, o durante su alteración química. En cualquier caso, se trata de un proceso lento o muy lento, ya que afecta a la química interna del mineral.
Lo verdaderamente importante de este proceso es que puede generar cargas eléctricas. En la inmensa mayoría de los casos (por ejemplo, cuando un átomo de aluminio ocupa el lugar que correspondería a un silicio en una capa tetraédrica) esta carga es negativa, ya que la sustitución produce un déficit de carga positiva. A veces, puede suceder que una sustitución origine carga positiva (por ejemplo, cuando un Mg+2 es sustituido por un Fe+3 o un Fe+2 se oxida a Fe+3), e incluso no modificar la carga eléctrica (sustitución de Fe+2 por Mg+2 y viceversa), pero la norma general es que la carga neta generada por el conjunto total de sustituciones es negativa.
Recordemos que esta carga eléctrica se mantiene en tanto se mantenga la propia sustitución. Por esto se denomina carga permanente, en oposición a la carga variable, cuya magnitud y signo dependen del pH de la fase líquida del suelo.
3.- Dónde se localizan las cargas variables y cómo se modifican?
En los minerales de arcilla, las cargas variables se localizan siempre en los bordes laterales de los paquetes estructurales, donde existen grupos Si-OH ó Al-OH en contacto directo con la fase líquida del suelo. Estos grupos pueden captar y disociar iones H+ (comportamiento ácido-base). Por lo tanto, y en función de la abundancia relativa de iones H+ en la solución del suelo (o lo que es lo mismo, de su concentración), podemos tener varias situaciones:
En los minerales amorfos, las cargas variables se distribuyen también a lo ancho de la superficie externa, y responden exactamente del mismo modo a las variaciones de pH.
4.- ¿Cómo se organiza la estructura de los minerales de arcilla?
Las unidades básicas ideales de los minerales de arcilla son los tetraedros de SiO4 ó AlO4 (para las láminas tetraédricas) y los octaedros de Al(OH)6, Mg(OH)6 y Fe(OH)6 (para las láminas octaédricas). La unión de una o dos láminas tetraédricas y una lámina octaédrica dará lugar a un paquete estructural (1:1 ó 2:1 respectivamente). A su vez, los paquetes estructurales apilados unos sobre otros forman el cristal completo. Si los paquetes son todos iguales, el mineral es puro (caolinita, esmectita, etc.), pero si los paquetes son distintos entre sí (correspondientes a dos minerales de arcilla distintos) tendremos un mineral de arcilla interestratificado.
5.- ¿Existen minerales cuya presencia permita deducir condiciones ambientales?
En algunos casos, esto es perfectamente factible. Así, la presencia de yeso (una sal soluble en agua) en la fracción arcilla suele ser sinónima de condiciones de aridez. Una fracción fina dominada por gibbsita y cuarzo implica necesariamente alteración muy prolongada de los minerales originales. Lo mismo puede decirse si el mineral de arcilla dominante es la caolinita en lugar de los minerales 2:1. En cualquier caso, para llegar a esta clase de deducciones es preciso conocer con detalle las condiciones de formación de las distintas especies minerales, sus constantes termodinámicas de estabilidad, sus productos de solubilidad, etc., así como tener presente que la modificación de las condiciones ambientales por cualquier causa puede modificar drásticamente una situación dada en lo que mineralogía se refiere.
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1.- ¿Por qué los ácidos orgánicos forman complejos con los metales?
Los grupos funcionales como el carboxilo o el hidroxilo (entre otros), tienen la facultad de interaccionar con los iones metálicos, tales como el aluminio, hierro, cobre, cinc, manganeso, etc., mediante enlaces covalentes coordinados. De esta forma se constituyen los complejos organometálicos, componentes habituales de la solución del suelo, y cuya importancia es extraordinaria desde todos los puntos de vista, ya que los metales complejados son mucho más solubles, y por tanto más móviles (V. Tema 10, pregunta 3), que cuando no forman estos complejos. Esto repercute favorablemente, por ejemplo, en la asimilabilidad de determinados nutrientes vegetales (cobre, cinc, hierro, manganeso), y en otros aspectos, como la formación de horizontes espódicos, etc.
2.- ¿En qué se diferencia un complejo de un quelato?
Todos los quelatos son, por definición, complejos. Lo contrario no es cierto. Para entender esto, basta con leer la siguiente definición de quelato: el complejo en el que los ligandos pertenecen a la misma molécula o estructura molecular. No todos los complejos cumplen esta condición. Por ejemplo, el SiF4 no es un quelato, ya que los cuatro ligandos (los iones fluoruro) son independientes entre sí. Todos ellos están enlazados al átomo de silicio, pero ninguno de ellos está unido a otro. El caso del átomo de magnesio complejado por los cuatro nitrógenos del anillo porfirínico en la molécula de clorofila sí es un ejemplo de quelato: todos los nitrógenos forman parte de la misma estructura molecular.
3.- ¿Qué relación existe entre el cociente C/N y las sustancias húmicas?
La relación C/N es un parámetro que nos puede servir para identificar distintos materiales orgánicos, ya que presenta valores característicos para distintos materiales orgánicos. Así, los restos de cereales presentan valores muy elevados (en torno a 70), mientras que los restos verdes de leguminosas (mucho más ricos en N) presentan un valor sensiblemente inferior (hacia 30). En cuanto a las sustancias húmicas, los ácidos fúlvicos presentan valores mayores que los ácidos húmicos, y éstos a su vez valores superiores a los de las huminas. A modo puramente orientativo, para los ácidos fúlvicos C/N > 15, los ácidos húmicos se sitúan en 10 < C/N < 15, y las huminas en valores inferiores a 10. Otro interesante de este parámetro es que permite inferir la actividad biológica del medio. Así, si el valor de la relación C/N para la materia orgánica de un suelo es bajo, ello supone que los componentes predominantes son ácidos húmicos y/o huminas. Puesto que estas sustancias son propias de medios con una gran actividad biológica, la relación es inmediata. Si, por contra, los valores de C/N son altos o muy altos, ello implica que los componentes predominantes son ácidos fúlvicos y/o materia orgánica escasamente humificada. Algo así sólo es posible en aquellos medios en donde, por una razón u otra, la actividad biológica está limitada.
4.- ¿Qué son exactamente los complejos organominerales?
Dejando a un lado a los complejos organometálicos, ya mencionados, los complejos organominerales son el resultado de la interacción de las sustancias húmicas con los minerales de las fracciones finas del suelo y, por tanto, de la estabilización de la materia orgánica. Así pues, comprenden la interacción de cualesquiera sustancias húmicas con: carbonatos, óxidos, minerales de arcilla, alofanas e imogolitas, etc.
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1.- ¿De dónde procede el NH4+ que Nitrosomonas convierte en NO2-?
Siempre de la descomposición de la materia orgánica, y nunca de la actividad fijadora de N (ya sea libre o simbiótica). El N fijado es inmediatamente incorporado a las biomoléculas de la bacteria y a las células de las leguminosas simbióticas. Sólo tras la muerte de éstos y la subsiguiente descomposición y mineralización de sus restos y moléculas, el NH4+ liberado es tomado por Nitrosomonas y oxidado hasta NO2-. Es un fallo frecuente, y muy grave, afirmar que procede directamente de la fijación de N, hasta el punto de que ha sido causa directa de más de un suspenso.
2.- ¿Son activas las enzimas en el medio extracelular?
Sí, pero generalmente por lapsos muy cortos de tiempo, ya que las condiciones extracelulares (pH, fuerza iónica, etc.) difieren de las del medio celular, lo que acaba por desnaturalizar la proteína e inactivarla. No obstante, debe tenerse en cuenta que las enzimas son liberadas de forma continua al medio, ya que los organismos de la microflora del suelo (bacterias y hongos) son incapaces de fagocitar, y por lo tanto digieren el alimento a base de segregar enzimas, para absorber luego los productos de la digestión.
3.- ¿Qué microorganismos son los responsables de la fijación del N atmosférico?
Además de Azotobacter, los fijadores libres incluyen especies de Clostridium, de actinomicetos como Streptomyces , de cianobacterias como Anabaena, Nostoc y otras, sin olvidarnos de Rhizobium, fijador simbiótico. Progresivamente, se descubren más especies capaces de fijar N.
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1.- ¿Qué es el potencial hídrico?
Al igual que sucede en otros campos de la Física, el potencial es siempre un cociente entre energía potencial (es decir, trabajo físico) y unidad de magnitud testigo, la cual depende del campo considerado. Así, en un campo electrostático, el potencial se define como el cociente entre energía potencial y unidad de carga, y representa el trabajo necesario para desplazar una carga eléctrica desde el infinito (donde el potencial es cero) a un punto determinado. En el caso del potencial hídrico, la situación es completamente análoga: se trata del trabajo necesario para desplazar la unidad de masa de agua pura desde el estado de referencia (potencial cero, por convenio) hasta un punto determinado de la solución del suelo.
El agua del suelo siempre se almacena en los poros. Son muchos los poros del suelo cuyas salidas son muy estrechas, de modo que es muy difícil vaciarlos (una botella se vacía tanto más lentamente cuanto más estrecho es su cuello) o llenarlos. La clave para entender el fenómeno de la histéresis es que el trabajo de succión aplicado para vaciar un poro lleno de agua puede igualar en magnitud al trabajo ejercido por una masa de agua que penetra por el mismo poro, pero vacío. Esto implica que, a igualdad de potencial matricial (igual trabajo), un suelo que se está secando puede contener más agua que un suelo inicialmente seco cuyos poros se están llenando. El resultado visible es un desfase entre las curvas de humectación y desecación, conocido como Histéresis.
3.- ¿Hay alguna relación entre el contenido de humedad y la porosidad del suelo?
Naturalmente, si se considera que la humedad a capacidad de campo es la masa de agua retenida en los poros de diámetro inferior a 8 micras (microporos). En lo que se refiere al punto de marchitamiento, los poros que retienen esta humedad tienen un diámetro inferior a 0.2 micras (microporosidad capilar). El agua que queda retenida en la microporosidad no capilar (8 - 0.2 micras de diámetro) es, en consecuencia, el agua útil. Puesto que la densidad del agua es 1 g.cm-3, las respectivas masas de agua en gramos corresponderán a otros tantos volúmenes en cm3. Por tanto, la determinación de las humedades a capacidad de campo y punto de marchitamiento nos proporciona, indirectamente, una medida de los volúmenes de los microporos no capilares del suelo.
4.- ¿A qué se debe la circulación de gases entre el suelo y la atmósfera exterior?
A la actividad biológica del suelo. Debe tenerse en cuenta que la gran mayoría de los seres vivos que desarrollan su actividad en el suelo son aerobios, lo que implica el consumo de oxígeno y la liberación de dióxido de carbono. La consecuencia más inmediata de esto es que las presiones parciales de los gases son distintas dentro y fuera del suelo, lo que provoca el movimiento espontáneo de dióxido de carbono hacia el exterior y de oxígeno hacia el interior para así compensar esta diferencia. Puesto que el volumen hueco del suelo corresponde a poros de diámetro variable, la difusión de los gases no es inmediata, sino que requiere un cierto tiempo, tanto más cuanto más complejo (o tortuoso) sea el sistema de poros (esto depende de la textura y la estructura) y, en tanto no cese la actividad respiratoria, el intercambio gaseoso es continuo.
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1.- ¿Qué es una textura Franca?
Es aquélla en la que existe un equilibrio entre los tres componentes granulométricos: arena, limo y arcilla. Este equilibrio no es sinónimo de igualdad, ya que un suelo con un 33% de arena, limo y arcilla puede considerarse arcilloso (la arcilla contribuye más que cualquier otra fracción a las propiedades físicas y químicas de un suelo). Más bien, el equilibrio significa que la muestra no tiene características dominantes de suelo arenoso, ni limoso, ni arcilloso.
2.- ¿Puede un suelo ser a la vez duro y plástico?
Dureza y plasticidad son dos criterios de consistencia que se aplican, respectivamente, según la muestra esté seca o mojada. Así, en seco, un suelo puede ser duro (esto ocurre generalmente con los suelos de textura arcillosa o enriquecidos en limos muy finos) y, una vez saturado en agua, plástico y moldeable. No se trata por tanto de realidades incompatibles: la consistencia depende siempre del estado de humedad de la muestra.
3.- ¿La densidad aparente es indicativa de la porosidad?
Por sí sola y para calcular un valor preciso de porosidad, no. Ahora bien, si se tiene en cuenta que la densidad real de la mayoría de los suelos está comprendida entre 2.5 - 3 g.cm-3, se puede estimar la porosidad de un suelo dando por supuesto un determinado valor medio de densidad real (normalmente 2.65 g.cm-3 para suelos agrícolas). En este caso, la interpretación del dato de porosidad deberá tener en cuenta la circunstancia antes mencionada.
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1.- ¿En qué se distingue la permeabilidad de la infiltración?
La Tasa de Infiltración hace referencia a la velocidad con la que el agua penetra en el suelo desde el exterior, mientras que la permeabilidad es la velocidad con la que el agua se desplaza a través del sistema de poros del suelo. No son, pues, conceptos análogos. Es posible concebir una situación en la que un suelo con una baja tasa de infiltración (por ejemplo, debido a que su porosidad superficial está colapsada por partículas finas) sea, sin embargo, muy permeable.
2.- ¿En qué consiste el Self-mulching?
Como ya se ha comentado con anterioridad, el sistema de poros del suelo constituye una barrera física que limita parcialmente el movimiento de los gases hacia el exterior, y el vapor de agua no es una excepción a esta regla. Esto implica que la salida de vapor de agua del suelo está amortiguada por la propia porosidad, lo que permite reducir las pérdidas de agua por evaporación. Esta es la razón que justifica la aplicación de capas de picón o de jable (cenizas volcánicas muy porosas) allí donde se quiere mantener la humedad del suelo, evitando una pérdida excesiva por evaporación.
3.- ¿Existe alguna relación entre el drenaje y los regímenes de humedad?
Los distintos regímenes de humedad del suelo pueden entenderse como el resultado del clima (factor externo) y el drenaje (propiedad del suelo). Así, si el clima de una zona supone el aporte adecuado de humedad a un suelo mal drenado, incapaz de eliminar eficazmente el exceso de aporte de agua, éste podría saturarse y presentar un régimen ácuico. En cambio, si no llueve, poco importa que el suelo esté bien o mal drenado, ya que el régimen será con toda probabilidad arídico. Por contra, un suelo bien drenado emplazado en un area donde las precipitaciones son abundantes difícilmente podrá quedar saturado en agua, y presentará un régimen de tipo údico (o perúdico, V. Keys to Soil Taxonomy).
4.- ¿Qué significa el Hue del Código Munsell?
El Hue, matiz o tono mide cuál es la longitud de onda dominante en un color dado. Esta se basa en un sistema que recoge los tres tonos básicos (rojo, amarillo y azul) y sus mezclas respectivas. Así, la mezcla de rojo y amarillo nos da los tonos anaranjados o marrones, la mezcla de amarillo y azul nos da el verde, muy poco frecuente en suelos, y la mezcla de rojo y azul nos da el púrpura, inaplicable a los suelos. Por ello, no es de extrañar que la mayoría de los suelos presenten colores rojizos (con valores de Hue comprendidos entre 5R y 2.5 YR) o marrones (5YR a 10YR). A un Hue de 2.5Y los colores se tornan amarillentos u oliváceos (si son oscuros). Por su parte, los suelos sometidos a hidromorfía (saturación por agua) muestran con frecuencia tonos azulados o verdosos (desde 10Y hasta 5G, pero muy apagados y grisáceos). Esta realidad se recoge en el propio código Munsell para suelos. El código Munsell para vegetales, por su parte, recoge numerosos matices de verde y menos de marrones o amarillos.
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1.- ¿En qué se basa el uso de sustancias orgánicas para extraer la solución del suelo?
Estos métodos permiten, literalmente, desalojar la fase líquida del suelo. Para ello se recurre a sustancias orgánicas densas, poco reactivas y muy poco solubles en agua. Este líquido (p. ej. triclorotrifluoroetano) se añade a una muestra de suelo en un tubo de centrífuga. La suspensión se agita, se centriguga y, puesto que la solución del suelo es menos densa, flota sobre la fase orgánica sin mezclarse con ella, lo que permite su separación. Estos métodos permiten extraer hasta un 60% de la solución del suelo (este rendimiento varía con la textura).
2.- ¿Por qué no se deben aplicar fertilizantes amoniacales en suelos calcáreos?
Si el suelo está carbonatado, su valor de pH en agua superará el límite de 8 (de otro modo, no existirían los carbonatos). En estas condiciones, el ión amonio (NH4+) reacciona con los iones OH- de la fase líquida del suelo, formando amoniaco (NH3) y agua. El amoniaco es un gas a presión y temperatura ambientes, y se volatiliza inmediatamente.
3.- ¿Por qué los metales complejados son más solubles que en forma libre?
La precipitación de los metales (Fe, Al, Zn, etc.) tiene lugar porque, al sobrepasarse cierto valor de pH, reaccionan masivamente con el agua (hidrólisis) para dar lugar a hidróxidos, lo cuales son poco o muy poco solubles en agua y tienden a precipitar. Si el metal está complejado por un determinado ligando (especialmente ligandos orgánicos), éste evita la reacción del metal con el agua, lo que permite extender la solubilidad del metal. Es obvio que la descomposición del ligando (si es orgánico) aumenta las posibilidades de que el metal precipite.
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1.- ¿Hay algún otro ejemplo de adsorción específica, además del ión fosfato sobre amorfos?
Hay varios, pero uno que siempre se menciona y raramente se recuerda es la adsorción de fluoruro sobre amorfos. Al igual que en el caso del fosfato, implica el desplazamiento de grupos hidroxilo superficiales de los amorfos a la solución del suelo, lo que provoca un ascenso de pH. Esta reacción es la base del test de campo para la determinación de amorfos, ya que el incremento de pH produce el viraje de color del indicador (fenolftaleína) que impregna el papel sobre el que se frota la muestra de tierra.
2.- ¿Puede la adsorción de fosfato bloquear la nutrición de la planta en suelos ándicos?
Los Andisoles y suelos ándicos son, por lo general, muy fértiles debido a su contenido en materia orgánica, cuya mineralización garantiza un suministro adecuado de nutrientes, de modo que en la mayoría de los casos, esta situación no es real. Sí puede suceder, en cambio, que sobrepasada la capacidad suministradora de fosfato del suelo (por ejemplo, por la desaparición gradual del contenido en materia orgánica, debido a una explotación intensiva y prolongada), la aplicación de fertilizantes químicos fosfatados muestre un rendimiento muy inferior al esperado, ya que en esas condiciones sí tendría lugar una adsorción masiva de iones fosfato sobre la superficie de los minerales amorfos.
3.- ¿Existe otro adsorbente capaz de retener específicamente el ión fosfato?
Sí que existe (y no el único): los carbonatos. La adsorción de fosfato sobre la calcita ha sido objeto de numerosos estudios. En este caso, se postula el cambio de grupos CO3-2 por H2PO4-. Atención pues a los suelos carbonatados, que también pueden ser inconvenientes en lo que se refiere a los micronutrientes metálicos (Fe, Cu, Mn, Zn), cuyos carbonatos son muy poco solubles en agua.
4.- ¿Puede estar completamente saturado en bases un suelo con baja C.I.C.?
¿Por qué no? Se trata de conceptos completamente independientes. El que un suelo u horizonte presente una baja C.I.C. (por ejemplo 8 cmol.kg-1) sólo indica que posee baja capacidad de retención de nutrientes catiónicos. Nada impide que la mayoría de esas posiciones de cambio estén ocupadas por iones de Ca, Mg, Na y/o K. Por lo tanto, un suelo con baja C.I.C. no es sinónimo de suelo desaturado, al menos no necesariamente.
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1.- ¿Qué relación existe entre el pH en KCl y la acidez potencial?
Mayor acidez potencial equivale a mayor proporción de la C.I.C. ocupada por iones H+ y Al+3. Al añadir una solución de KCl 1N a la muestra, todos los cationes nativos adsorbidos son desplazados a la solución del suelo, y su lugar es ocupado por iones K+. Si los cationes ácidos (H+ y Al+3) son abundantes, inducirán un descenso perceptible de pH al pasar a la fase líquida del suelo. Al medir el pH en agua, este descenso no tendrá lugar, al no producirse intercambio iónico alguno.
2.- ¿Cómo se explica la capacidad tamponadora de pH de los suelos?
Los intercambiadores catiónicos del suelo (sobre todo la materia orgánica) se comportan como ácidos débiles, ya que son capaces de disociar iones H+ y volver a captarlos (adsorberlos). Pues bien, los ácidos débiles y sus bases conjugadas (por ejemplo, el par ácido acético/acetato) son capaces de amortiguar las variaciones de pH, si se encuentran en la proporción adecuada (ninguno puede exceder al otro en más de 10:1, según la ecuación de Henderson). En el suelo, el papel de la base conjugada estaría desempeñado por todas aquellas posiciones de cambio no ocupadas por iones H+.
3.- ¿Qué diferencia existe entre el que un átomo se reduzca y que reduzca a otro?
Si un átomo se reduce es porque ha ganado uno o más electrones (para lo cual ha sido necesario que otro átomo se oxide, ya que no puede suceder una cosa sin la otra). Ahora bien, si un átomo reduce a otro, lo hace a costa de transferirle uno o más de sus electrones disponibles, por lo que se oxidará.
4.- ¿Cuáles son los rasgos visibles de un suelo con régimen ácuico o condiciones ácuicas?
En los suelos con estas condiciones, predominan las condiciones reductoras, lo que significa que muchos metales (Fe y Mn sobre todo) estarán en sus formas reducidas (Fe+2 y Mn+2). Ello implica la aparición de manchas de color verdoso (V. pregunta 4, Temas 8 y 9). Además, el color de la matriz suele ser apagado y grisáceo (lo que implica chromas bajos). Si los períodos de saturación alternan con períodos de aireación, puede producirse la oxidación de parte de estos elementos, lo que se traduce en machas de color rojizo (debidas a Fe oxidado) o negro. Es frecuente que estos suelos sean arcillosos (poco permeables) y estén situados en zonas de escasa pendiente, lo que favorece la acumulación de agua. El que ésta sea transitoria o permanente dependerá del clima y de las condiciones de drenaje del suelo.
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1.- ¿Cuál es el valor óptimo de conductividad eléctrica de la solución del suelo?
Un valor de conductividad eléctrica comprendido entre 0.7 y 1 mS.cm-1 permitirá cualquier cultivo sin mayores problemas. Es conveniente recordar que una salinidad elevada restringe las posibilidades de cultivo, pero no significa un impedimento insalvable. Al menos, no necesariamente.
2.- ¿Qué diferencia existe entre el S.A.R. y el P.S.I.?
Son parámetros diferentes, aunque describen fenómenos relacionados. El S.A.R. se mide en la solución del suelo (por lo tanto, a partir de valores de cationes solubles) y mide el riesgo de alcalinización del suelo (esto es, que los intercambiadores catiónicos adsorban un exceso de sodio) a partir de la proporción de sodio frente a calcio y magnesio en la solución del suelo. Por lo tanto, el S.A.R. no es una medida directa de la alcalinidad de un suelo, sino del riesgo de sodificación del mismo. En cambio, la alcalinidad, tal como se ha definido en clase, viene representada por el porcentaje de sodio intercambiable (P.S.I.), que es la porción de la capacidad de intercambio catiónico ocupada por iones sodio. Si el P.S.I. supera el valor de 15, el suelo es alcalino en términos edafológicos (los fitotécnicos asumen un valor de 10 para afirmar lo mismo).
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1.- ¿Cómo se define un régimen hídrico Xérico?
De modo resumido, un régimen xérico implica que el suelo estará seco al menos durante 45 días (un mes y medio) consecutivos en el período comprendido entre el 21 de junio y el 21 de septiembre, y además que el suelo estará húmedo al menos 45 días, asimismo consecutivos, en el período comprendido entre el 21 de diciembre y el 21 de marzo. Además, el suelo debe estar húmedo durante más de la mitad del año (acumulativa, es decir, no consecutiva) cuando la temperatura del suelo supera los 5 grados Celsius, o bien durante 90 días consecutivos al año si la temperatura del suelo supera los 8 grados Celsius. Es el régimen característico de los climas suaves y contrastados, de tipo mediterráneo. La definición precisa, así como los comentarios oportunos, se detallan en la última edición de las Keys to Soil Taxonomy.
2.- ¿Todos los suelos con epipedión mólico son molisoles?
La Soil Taxonomy establece que los molisoles deben presentar un epipedión mólico o bien, en su ausencia, un horizonte superficial que reúna sus características, excepto el espesor, y además cumpla ciertos requisitos adicionales. Ahora bien, la existencia de un epipedión mólico, aunque no esté explícitamente recogida en las claves, puede producirse en algunos órdenes, como vertisoles o andisoles. Estos órdenes se sitúan con anterioridad a los molisoles en las claves taxonómicas, pero el epipedión mólico no constituye el rasgo principal para diferenciarlos, y sí otras propiedades de diagnóstico, distintas según el caso (textura arcillosa, grietas y slickensides en los vertisoles, o propiedades ándicas en los andisoles). En definitiva, se sigue la regla de que los molisoles deben tener un epipedión mólico (o su equivalente), pero no todos los suelos con epipedión mólico son molisoles.
3.- ¿Cuáles son los órdenes de suelos representados en Canarias?
La cartografía de suelos del archipiélago se encuentra actualmente en fase de revisión y actualización, al amparo de un proyecto de investigación acometido por este Departamento. A falta, pues, de dicha actualización, la respuesta a esta pregunta debe basarse en los estudios realizados hasta la fecha, con las posibles salvedades que en el futuro puedan aparecer. Por consiguiente, se puede afirmar que en las islas están representados los órdenes Entisoles, Inceptisoles, Vertisoles, Andisoles, Molisoles (han sido descritos en La Gomera), Aridisoles, Alfisoles y Ultisoles. No lo estarían, por tanto, los órdenes Gelisoles, Histosoles, Spodosoles y Oxisoles.
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