El Suelo y los Incendios Forestales
Los incendios constituyen uno de los agentes perturbadores
más importantes y activos en los ecosistemas forestales. En
Canarias, se producen numerosos episodios incendiarios en los bosques
(sobre todo de pinar), a lo largo del año, si bien es cierto que se
concentran principalmente a lo largo de la estación estival, desde junio
a septiembre. Las cifras de superficie afectada, número de eventos
incendiarios, y demás, pueden consultarse en la página del Instituto
Canario de Estadística (ISTAC).
El bosque de pinar no es el único que soporta el peso de los incendios, ya que este también incide sobre el matorral de cumbre, matorral árido, tierras de cultivo y pastizales, monteverde de fayal-brezal, y otras. De entre todas ellas, únicamente el pinar y el fayal-brezal tienen una notable capacidad para regenerarse tras el paso de las llamas. El resto, al estar constituida por especies no adaptadas al fuego, puede tardar varias décadas en recobrar su equilibrio natural. |
Grosso modo, y según su mecanismo de propagación, los
incendios pueden ser:
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Los efectos desfavorables del fuego sobre los ecosistemas
forestales son diversos, y su importancia crece con la frecuencia de los
episodios incendiarios en una misma zona. Si no transcurre el tiempo
necesario para que el bosque se recupere de modo natural, se produce una
degradación progresiva del mismo, y con él, de los suelos sobre los que
se desarrolla.
A grandes rasgos, y centrándonos en el suelo como parte de los ecosistemas forestales, estos efectos son, entre otros, los siguientes:
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Sin embargo, no todo es negativo en lo que al fuego se
refiere. Cuando los incendios se deben a causas naturales (algo que cada
vez ocurre con menos frecuencia), ayudan a mantener la salud del bosque,
gracias a la movilización de nutrientes y a la acción controladora que
el fuego ejerce sobre las plagas forestales. Además, los incendios de
baja intensidad contribuyen a mantener carbono en el suelo, impidiendo
así su volatilización y pérdida en forma de gas carbónico. Todo esto,
naturalmente, no debe servir de justificación para prender incendios de
modo intencionado, ni como disculpa por una inexcusable negligencia. En cualquier caso, los incendios son parte de los bosques y las comunidades vegetales, y constituyen un fenómeno digno de ser estudiado. Las peculiaridades de los suelos de origen volcánico (suelos ándicos) hacen que estos suelos se comporten de modo peculiar ante el calor y el fuego. En el nuevo apartado dedicado a las propuestas de Proyectos y Trabajos de Fin de Carrera, podrán encontrar temas sobre los que llevar a cabo sus trabajos, tesinas o tesis, si esta temática es de interés para ustedes. |
El estudio de los suelos forestales quemados forma parte de una línea de investigación principal dentro del Departamento de Edafología y Geología, denominada Degradación y Conservación de Suelos. Ya se han defendido en el Centro Superior de Ciencias Agrarias dos trabajos de fin de carrera relacionados con la temática de incendios (hay otro más en curso). Actualmente, existe un proyecto de investigación en curso, financiado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, en el que se estudian los efectos del fuego sobre los suelos afectados por el incendio que ocurrió en el NO de La Palma (Garafía, Puntagorda y Tijarafe), en el mes de julio de 2000. |
Algunos enlaces de interés a propósito de este
vasto mundo, son los siguientes:
Como siempre, se puede hallar mucha más información a través de los Buscadores y portales en la red. |